domingo, 9 de noviembre de 2014

NTRA. SRA. DE LA ENCINA, PATRONA, SEÑORA Y ALCALDESA PERPETUA DE LA VILLA DE CARRICHES (TOLEDO)




Hace dos años celebrábamos una década desde que la imagen de la Virgen de la Encina fuera proclamada Patrona y Señora de la Villa de Carriches. Hacíamos un pequeño resumen del proceso que tuvo lugar entre el año 2001 y 2002, culminado con la publicación del decreto en latín de la Santa Sede concediendo el citado título.

Pero no dejábamos pasar la oportunidad para lanzar la propuesta al pueblo y el Excmo. Ayuntamiento de Carriches de nombrar a nuestra Virgen como Alcaldesa perpetua.

Dicho y hecho. La maquinaria comenzaba a girar en torno a realizar la proposición oficial, para lo cual mantuvimos varias reuniones con el Ayuntamiento.

El primer paso se daba el 13 de julio de 2013 con la aprobación del Reglamento de Honores y Distinciones del Excmo. Ayuntamiento de Carriches, una herramienta necesaria para otorgar distinciones en nuestro pueblo, ya que el Consistorio no contaba con este tipo de normativa.

Ha tenido que pasar casi un año para retomar el proyecto, que tuvo su punto álgido con la presentación en Pleno de una Proposición de Alcaldía para el nombramiento, como Alcaldesa Perpetua de Carriches, a Ntra. Sra. de la Encina. Tuvo lugar el 18 de abril y se estableció el periodo de información pública durante todo el mes de mayo para que todas las personas interesadas, asociaciones, organismos, hermandades y autoridades se pudieran unir con sus testimonios a la petición de la corporación carrichana.

Decenas de adhesiones llegaron hasta el Ayuntamiento para unirse a esta proposición, que han culminado en un pleno extraordinario el pasado 14 de junio con la aprobación definitiva y por unanimidad de la concesión a la querida imagen de la Virgen de la Virgen de la Encina del título de Alcaldesa perpetua.

Y es que se cumplen los requisitos establecidos en el reglamento para conferir este reconocimiento especial por la devoción y fervor popular que se le profesa por los carrichanos.

Hay que tener muy presentes las raíces cristianas de nuestro pueblo, y que desde el origen del mismo, la devoción por la Virgen María ha sido un pilar fundamental en la cotidianidad de sus gentes.

Conocemos desde que tenemos uso de razón la tradición y el origen de la devoción a Nuestra Señora de la Encina: siendo un monte de encinas el paraje donde radica la ermita, sobre una encina se apareció la Virgen a un pastor que por allí estaba con su rebaño.

Allí se levantó una ermita, y siempre quedó constancia, de manera fehaciente, del intenso fervor que despertó su imagen en todos los estratos de la sociedad carrichana.

Indulgencias y beneficios espirituales concedidos a los devotos de La Encina, romerías anuales en su honor por los llamados “votos”, donativos particulares, todo ello refrenda la vitalidad de la devoción del vecindario local y comarcal a la imagen de Ntra. Sra. de la Encina, y contribuyen a intensificar el fenómeno con una auténtica eclosión de religiosidad popular.

Y como, históricamente, el alcalde ha sido el representante de la autoridad real en el municipio castellano durante la Edad Moderna y, dada la clara y continuada devoción de los carrichanos a la Virgen de la Encina desde el siglo XIV hasta nuestros días, se justifica sobradamente la concesión del título honorífico de ALCALDESA PERPETUA, una distinción que se convierte en expresión de la ininterrumpida y arraigada devoción secular a esta imagen. 

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